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El jengibre: Un superalimento contra el cáncer de mama

por | 11/06/17

Octubre es el Mes de Sensibilización sobre el Cáncer de Mama, pero la concienciación no se limita a un mes.

El cáncer de mama nos afecta a muchos mucho más allá del mes de octubre. En 2017, hay más de tres millones de mujeres con antecedentes de cáncer de mama en Estados Unidos, y alrededor del 85% de las mujeres que desarrollan cáncer de mama no tienen antecedentes familiares de la enfermedad. El cáncer de mama no discrimina y está muy extendido; su prevención, tratamiento y recuperación son temas de importancia para todos nosotros.

Pasé varios años como dietista titulada en el Instituto Oncológico Tisch de Nueva York, que culminaron con un valioso trabajo en el Centro de Mama Dubin. Allí pasé mi tiempo trabajando con mujeres increíbles en todas las etapas del tratamiento del cáncer de mama y la supervivencia para aliviar los síntomas y los efectos secundarios de los medicamentos y crear hábitos de vida saludables. Las mujeres a las que consultaba solían estar ansiosas por conocer métodos naturales para optimizar sus tratamientos y "superalimentos" para incorporar a sus dietas. El jengibre se utiliza con fines medicinales desde hace siglos y es muy conocido por sus propiedades para reducir las náuseas. Las mujeres que se sometían a quimioterapia tomaban infusiones relajantes de jengibre o masticaban caramelos de jengibre para aliviar las náuseas. Aunque, curiosamente, estudios recientes han demostrado que el jengibre es mucho más que un alivio de los efectos secundarios en el ámbito del cáncer de mama.

El jengibre contiene potentes fitoquímicos, que son compuestos vegetales con cualidades beneficiosas para la salud. El Instituto Americano para la Investigación del Cáncer, entre otras organizaciones respetadas, promueve el consumo de fitoquímicos populares, como el resveratrol y el licopeno, para los supervivientes de cáncer. En el jengibre, estos nutrientes naturales menos conocidos son los gingeroles y los shogaoles. Los shogaoles han despertado interés en la investigación médica por sus beneficios anticancerígenos y antiinflamatorios, y estudios prometedores han examinado sus efectos en el cáncer de colon, el cáncer gástrico y el cáncer de mama.

Un estudio de laboratorio realizado en 2010 investigó el mecanismo preciso por el que los fitoquímicos del jengibre pueden influir en el cáncer de mama, y los investigadores concluyeron que los shogaoles actúan sobre una vía importante en el desarrollo del cáncer, conocida como Nf-κB. Actualmente se cree que la Nf-κB favorece el desarrollo y la progresión tumoral al menos de las siguientes maneras:

1. Nf-κB activa y mantiene la inflamación, que las células cancerosas necesitan para prosperar;
2. Nf-κB estimula la reproducción de las células cancerosas e impide la apoptosis (muerte) de las células cancerosas;
3. Nf-κB interviene en el proceso de formación de nuevos vasos sanguíneos en los tumores;
4. Y, por último, Nf-κB favorece la metástasis (propagación a lugares distantes) del cáncer.

Teniendo en cuenta los daños potenciales de Nf-κB, es convincente para aquellos con y sin antecedentes de cáncer de mama para incluir el jengibre en la dieta. Además, a diferencia de muchos otros remedios "naturales", el jengibre es generalmente considerado como seguro para consumir durante los tratamientos convencionales contra el cáncer, (aunque, siempre animo a hablar con su médico antes de hacer cualquier cambio importante en la dieta).

El jengibre es increíblemente fácil de incorporar a la dieta. Se puede preparar un sencillo té de jengibre añadiendo un pequeño trozo de raíz de jengibre pelada o ¼ de cucharadita de jengibre picado orgánico o de zumo de jengibre orgánico de The Ginger People a una taza de agua hirviendo. El jengibre añade un sabor purificante y picante a los alimentos y puede añadirse rápidamente a batidos, sopas o salteados. Prueba mi receta de calabaza asada y sopa de j engibre para celebrar el significado de octubre y mostrar gratitud por todas las personas que han sido afectadas por el cáncer de mama.

Alexandra Rothwell Kelly es dietista diplomada con un máster en salud pública y reside actualmente en San Francisco. Se licenció en la Universidad de Nueva York y completó sus estudios de posgrado en Mount Sinai. Alexandra tiene varios años de experiencia en nutrición oncológica en el Tisch Cancer Institute de Nueva York y ha realizado investigación clínica en medicina integrativa y tecnología sanitaria. Realiza asesoramiento individualizado sobre nutrición y estilo de vida centrado en el bienestar general, la prevención de enfermedades crónicas y la supervivencia al cáncer.