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Los gingeroles y los shogaoles y su posible efecto positivo sobre la inflamación
La inflamación es una respuesta natural del sistema inmunitario para luchar contra invasores extraños dañinos. En un escenario saludable, el sistema inmunitario reconoce una infección o lesión y envía glóbulos blancos para que produzcan proteínas de señalización y ayuden a la curación. Esta forma saludable de inflamación se conoce como "inflamación aguda" y es breve, sólo dura hasta que se resuelve el problema. Sin embargo, la respuesta inflamatoria también puede desencadenarse por problemas más persistentes, como la mala alimentación, la obesidad, el estrés y las enfermedades autoinmunes, que causan "inflamación crónica". La inflamación crónica es la forma peligrosa de inflamación, a la que se hace referencia con frecuencia en los medios de comunicación sobre salud y que está relacionada con innumerables enfermedades, como el cáncer y las cardiopatías.
Uno de los beneficios para la salud más estudiados y reconocidos del jengibre es su capacidad para reducir la inflamación en un contexto crónico. Los fitoquímicos del jengibre, gingeroles y shogaoles, inhiben la síntesis de moléculas que favorecen la inflamación, y varios estudios han evaluado la eficacia del jengibre para el tratamiento de enfermedades inflamatorias específicas.
- En la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), se observó que el jengibre reducía las proteínas inflamatorias y aumentaba las moléculas antiinflamatorias. El jengibre también ayudó a reparar el daño intestinal, previno la colitis crónica y redujo el riesgo de cánceres asociados a la EII.
- En ratones obesos, se observó que el jengibre suprimía la respuesta inflamatoria crónica, además de reducir la grasa.
- Se ha descubierto que los shogaoles alivian la neuroinflamación en estudios de demencia con animales y pueden ayudar a controlar los síntomas de la enfermedad de Alzheimer, así como otras afecciones neurológicas.
- El jengibre ha demostrado su capacidad para inhibir una vía inflamatoria implicada en el cáncer llamada Nf-κB y ha demostrado efectos preventivos para los cánceres de colon, estómago, ovarios, hígado, piel, mama y próstata.
- Tanto en la artrosis como en la artritis reumatoide, se ha observado que los suplementos de jengibre reducen la inflamación y el dolor asociado.
Para obtener todos los beneficios del jengibre, debe incluirse regularmente en una dieta basada en alimentos antiinflamatorios. Entre los alimentos que favorecen la inflamación y deben evitarse se encuentran los carbohidratos refinados, como los cereales procesados, el exceso de azúcares refinados, los alimentos fritos, las carnes procesadas, las margarinas y las mantecas. Por el contrario, se ha comprobado que una dieta de estilo mediterráneo, rica en verduras de hoja verde y fruta, cantidades moderadas de carbohidratos no procesados, pescado, huevos de pasto, hierbas y especias, reduce la inflamación y previene las enfermedades crónicas.
He aquí algunas de mis formas favoritas de incorporar el jengibre a una dieta antiinflamatoria:
- Añade el Zumo de Jengibre Orgánico The Ginger People® a un batido con espinacas, plátano, arándanos, yogur natural (o yogur de coco sin azúcar) y semillas de lino.
- Mezcle raíz de cúrcuma con jengibre picado orgánico The Ginger People® y agua fría para obtener un elixir matutino picante y energizante.
- Prepara una ensalada abundante, rica en verduras de hoja verde y hortalizas frescas, y termina con un sencillo aliño de jengibre elaborado con jengibre picado ecológico The Ginger People®, ajo, aceite de oliva virgen extra, vinagre de arroz, sal y pimienta.
- Añade un chorrito de Zumo de Jengibre Orgánico The Ginger People® a los copos de avena, coronado con bayas frescas y canela.
- Disfrute del pescado con una guarnición de jengibre orgánico para sushi The Ginger People®, (el único jengibre encurtido del mercado sin edulcorantes artificiales).
Alexandra Rothwell Kelly es dietista diplomada con un máster en salud pública y reside actualmente en San Francisco. Se licenció en la Universidad de Nueva York y completó sus estudios de posgrado en Mount Sinai. Alexandra tiene varios años de experiencia en nutrición oncológica en el Tisch Cancer Institute de Nueva York y ha realizado investigación clínica en medicina integrativa y tecnología sanitaria. Realiza asesoramiento individualizado sobre nutrición y estilo de vida centrado en el bienestar general, la prevención de enfermedades crónicas y la supervivencia al cáncer.