BLOG DE SALUD

Ayudar a combatir la artritis, principal causa de discapacidad en EE.UU.
Millones de personas en todo el mundo padecen artritis, una dolorosa enfermedad causada por la inflamación de las articulaciones. Es la principal causa de discapacidad en EE.UU. y es especialmente lamentable que no exista un tratamiento curativo, por lo que quienes la padecen tienen que recurrir a antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o esteroides para controlar el dolor. Estos medicamentos suelen acarrear efectos secundarios no deseados, como úlceras de estómago o acidez, y aunque pueden ofrecer un alivio temporal de las molestias articulares, no ayudan a reparar el tejido dañado ni ofrecen una solución a largo plazo para el tratamiento del dolor. Con la esperanza de evitar los efectos secundarios del tratamiento convencional de la artritis, las personas que padecen la enfermedad pueden inclinarse por buscar terapias alternativas, como suplementos o cambios en la dieta.
El jengibre y la cúrcuma, de estructura similar y miembros de la familia de las zingiberáceas, han sido especias destacadas en la medicina tradicional de las culturas asiáticas durante miles de años. La investigación científica moderna ha demostrado ahora los beneficios de estas antiguas prácticas médicas, descubriendo que el jengibre y la cúrcuma tienen potentes efectos antiinflamatorios en el tratamiento de varias enfermedades, incluida la artritis.
Mientras investigaba sobre este tema, uno de los estudios más convincentes que encontré se llevó a cabo mediante el "patrón oro" de la investigación clínica: un ensayo doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo. Este estudio pretendía determinar la diferencia en el alivio del dolor entre el ibuprofeno (un popular AINE), el extracto de jengibre y el placebo en el contexto de la osteoartritis (la forma más común de artritis). Se asignó aleatoriamente a 120 pacientes a recibir ibuprofeno, jengibre o placebo durante un mes. Se evaluó el dolor y la inflamación durante todo el periodo de prueba. El estudio descubrió que las personas que recibieron jengibre o ibuprofeno presentaron una mejora significativa de los síntomas en comparación con el grupo placebo, y no hubo una diferencia significativa en el alivio del dolor entre los grupos de ibuprofeno y jengibre. En otras palabras, tanto el jengibre como el ibuprofeno tuvieron un efecto similar de reducción del dolor.
La cúrcuma y su compuesto activo, la curcumina, son algunos de los remedios dietéticos más utilizados contra la inflamación, y varios estudios han examinado el potencial de alivio del dolor de la cúrcuma en enfermos de artritis. Para determinar la relevancia de estas investigaciones, en 2016 se llevó a cabo un metaanálisis que reunió datos de todos los ensayos clínicos independientes que cumplían determinados criterios de inclusión, con el fin de determinar la solidez de las pruebas actuales sobre este tema. En la revisión se incluyeron ocho ensayos controlados aleatorizados, que hallaron pruebas que apoyan el uso de la cúrcuma para controlar el dolor de la artritis, y cinco de los ensayos no encontraron diferencias significativas en la moderación del dolor entre la cúrcuma y los analgésicos convencionales.
Tanto el jengibre como la cúrcuma resultan prometedores en el tratamiento del dolor, y es emocionante pensar en ellos como posibles alternativas a los AINE, pero, por supuesto, ninguno es una solución mágica. Los estudios mencionados aquí son relativamente pequeños, y los estudios sobre este tema en general son limitados en número. Se necesita mucha más investigación antes de poder hacer afirmaciones rotundas sobre el poder medicinal de estos alimentos, y siempre recomendamos hablar con un médico antes de hacer cambios significativos en la dieta. También hay que tener en cuenta que la cúrcuma puede ser difícil de absorber, y consumirla con pimienta negra o grasa puede ser útil para aprovechar todos sus beneficios. El jengibre y la cúrcuma tienen efectos secundarios mínimos (si es que tienen alguno) y añaden un sabor increíble tanto a los platos salados como a los dulces. En mi opinión, merece la pena probarlo.
Alexandra Rothwell Kelly es dietista diplomada con un máster en salud pública y reside actualmente en San Francisco. Se licenció en la Universidad de Nueva York y completó sus estudios de posgrado en Mount Sinai. Alexandra tiene varios años de experiencia en nutrición oncológica en el Tisch Cancer Institute de Nueva York y ha realizado investigación clínica en medicina integrativa y tecnología sanitaria. Realiza asesoramiento individualizado sobre nutrición y estilo de vida centrado en el bienestar general, la prevención de enfermedades crónicas y la supervivencia al cáncer.