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¿Se pueden utilizar "especias aromáticas" en algunos de los primeros alimentos sólidos del bebé?
La cúrcuma, un miembro de la familia del jengibre, se ha convertido en una especia muy popular para el bienestar, con muchos datos científicos que respaldan este movimiento. Investigaciones recientes han descubierto que la cúrcuma actúa ampliamente sobre los sistemas de salud, favoreciendo la reducción de la inflamación y la antioxidación, lo que puede ayudar en el tratamiento de varias afecciones, como el cáncer, la enfermedad de Alzheimer, las cardiopatías, la enfermedad inflamatoria intestinal y la artritis. La comprensión de los poderosos beneficios de esta especia plantea inmediatamente la siguiente pregunta: ¿cuándo es demasiado pronto para incorporar la cúrcuma a la dieta?
No existen directrices precisas sobre cuándo incluir especias en la alimentación de un niño, y la decisión debe tomarse tras consultarlo con un pediatra. Sin embargo, es probable que las "especias aromáticas", que se refieren tanto a la cúrcuma como a la canela, el comino, la nuez moscada, etc., puedan utilizarse en algunos de los primeros alimentos sólidos del bebé, en torno a los 6-8 meses. Según investigaciones médicas y anecdóticas, la cúrcuma se tolera bien, sin efectos secundarios, incluso en dosis elevadas. En la India, la cúrcuma es un ingrediente clave en platos que se sirven en todas las etapas del ciclo vital. De hecho, la especia se utiliza tan abundantemente que se calcula que la ingesta media de cúrcuma es de unos dos a dos gramos y medio al día, (el equivalente a una cucharadita de cúrcuma molida en polvo). Estudios científicos han evaluado hasta ocho gramos al día en adultos, sin consecuencias negativas.
Al menos un estudio ha examinado la tolerabilidad de la cúrcuma en niños. Se administró curcumina (uno de los componentes activos de la cúrcuma) a niños de 11 a 18 años con enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica, además de su tratamiento habitual. Las dosis de curcumina se graduaron de uno a cuatro gramos diarios a lo largo de nueve semanas. El estudio concluyó que los niños toleraban bien la curcumina en todas las dosis administradas. Además, se observó cierta reducción de los síntomas tras el tratamiento con curcumina, lo que sugiere efectos antiinflamatorios.
Con la vuelta al cole a la vuelta de la esquina, lo más importante es cómo alimentar a nuestros hijos de forma sana y sencilla. La nueva línea de productos con cúrcuma de The Ginger People puede ayudar a los padres a crear nuevos platos que cumplan esta tarea. La pimienta negra aumenta la absorción de la cúrcuma, razón por la cual la encontrará como ingrediente en los alimentos con cúrcuma de The Ginger People. Si cocinas con raíz de cúrcuma o cúrcuma molida, añade siempre una pizca de pimienta negra. A continuación, algunas de mis recetas favoritas de cúrcuma para niños:
- Para un cóctel combinado, combina un Ginger Rescue Ginger Shot - Wild Ginger con seltz, hielo y bayas congeladas. Si tu hijo prefiere algo ligeramente más dulce, añade un toque de miel o sirope de ágave.
- Una simple infusión de jengibre, preparada con agua tibia, jengibre picado de The Ginger People y miel, puede ayudar a calmar el malestar estomacal y reconfortar antes de acostarse.
- El Ginger People Turmeric Latte Mix, preparado con la leche que elijas, no contiene cafeína y es una forma divertida de que los niños participen en los rituales de las bebidas matutinas.
- Mezcla la Cúrcuma Latte Mix con cereales calientes, como la avena, para añadir especias calientes y un poco de dulzor al desayuno.
- Como tentempié rico en proteínas para después del colegio, mezcla Turmeric Latte Mix con yogur griego. Úsalo para mojar fresas, manzanas, mangos y otras frutas.
Antes de modificar la dieta de su hijo, hable con un pediatra, ya que la cúrcuma está contraindicada para ciertas afecciones médicas y medicamentos.
Alexandra Rothwell Kelly es dietista diplomada con un máster en salud pública y reside actualmente en San Francisco. Se licenció en la Universidad de Nueva York y completó sus estudios de posgrado en Mount Sinai. Alexandra tiene varios años de experiencia en nutrición oncológica en el Tisch Cancer Institute de Nueva York y ha realizado investigación clínica en medicina integrativa y tecnología sanitaria. Realiza asesoramiento individualizado sobre nutrición y estilo de vida centrado en el bienestar general, la prevención de enfermedades crónicas y la supervivencia al cáncer.